domingo, 22 de julio de 2012

Los falsos problemas económicos de la inmigración


Los falsos problemas económicos de la inmigración
Durante los pasados cinco años, llegaron a los Estados más inmigrantes nuevos como nunca antes en nuestra historia casi 8 millones, según un nuevo estudio realizado por el Center for Immigration Studies. Esta afluencia ha motivado un vasto debate público. Pero antes de que adoptemos nuevas políticas, los políticos deben distinguir claramente entre los verdaderos problemas causados por la inmigración y aquellos que no son tales y que se basan en mitos populares.
Probablemente el concepto erróneo numero uno respecto de la inmigración es el de que la misma perjudica a nuestra economía. En realidad, estimaciones conservadoras ubican a la ganancia neta para la economía estadounidense en virtud de la inmigración actual en cerca de los $20 mil millones. En lugar de reconocer este beneficio a nivel general, quienes critican a la inmigración típicamente sostienen que los inmigrantes le quitan empleos a los estadounidenses, deprimen los salarios y agotan nuestros dólares de los impuestos al consumir servicios sociales. Una verdad fundamental acerca de nuestra economía es que en la medida en que deseamos más bienes y servicios de los que tenemos, el número de empleos resulta prácticamente ilimitado. En verdad, cuando contamos con más trabajadores, creamos más empleos. El empleo total y el tamaño de la fuerza laboral se han seguido recíprocamente bastante de cerca durante los últimos 50 años a pesar de los cambios dramáticos en los flujos inmigratorios.
Es un hecho bien conocido que muchos de los trabajos que los inmigrantes vienen a cubrir aquí son empleos que los estadounidenses no están aceptando. Y cuando evitamos que los inmigrantes realicen estas tareas, los fabricantes y los consumidores estadounidenses padecen las consecuencias. Por ejemplo, debido a los faltantes de mano de obra causados en parte por los mayores controles fronterizos, solamente el 30 por ciento de la cosecha de lechuga del último otoño en Arizona fue levantada. Las perdidas estuvieron cercanas a los mil millones de dólares. Simplemente no había los suficientes trabajadores estadounidenses para recoger las cosechas a precios que las hubiesen hecho rentables.
Una consecuencia menos obvia, pero no menos importante, de la inmigración es la de que con una mayor oferta de mano de obra, más bienes y servicios son producidos. Esto conduce a precios más bajos, y a un aumento en el poder de compra de los salarios estadounidenses existentes. Finalmente, una fuerza laboral más grande puede elevar la rentabilidad de las inversiones de capital.
No debemos temer que lo inmigrantes agobien a nuestra economía, ocupen más empleos de los que generan, o depriman nuestros salarios. Muy por el contrario, la inmigración trae beneficios económicos, por lo tanto no debería ser limitada artificialmente. Las actuales propuestas de trabajadores temporarios del Presidente Bush y del Senado no avanzan lo suficiente. Una reforma verdaderamente beneficiosa se concentraría en la creación de una política de inmigración abierta a la vez que lidiaría con los verdaderos problemas que el aumento de la inmigración podría presentar. Esto involucraría a la limitación del gasto en prestaciones y podría exigir más restricciones sobre la capacidad de los inmigrantes para eventualmente votar

Nombre: Jean Carlos Palomino Avellaneda                      

Corregidores: Marcos Rodríguez Guerrero y Beto Cóndor Muro

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